Hedy Lamarr

Hedy Lamarr, actriz, ingeniera de telecomunicaciones e inventora, nació en Viena el 9 de noviembre de 1914 como Hedwig Eva Maria Kiesler. Fue hija única de un banquero de Lemberg y una pianista de Budapest. Ya en el colegio la consideraron, por sus profesores, una superdotada. Estudió música gracias a su madre, y decidió abandonar sus estudios de ingeniería para empezar su carrera como actriz.

La película que la llevó al estrellato fue Éxtasis, pero la prohibieron por escándalos sexuales. Y fue el empresario Fritz Mandl, que embelesado por su belleza, le pidió al padre de Hedwig la bendición para poder casarse con su hija, aunque esto fuera algo en contra de lo que ella quería.

Debido a que su marido le prohibía hacer muchas cosas por los celos de este, Hedwig decidió retomar su carrera de ingeniería y aprender de las reuniones de su marido sobre las últimas tecnologías armamentísticas nazis, ya que su marido era uno de los más influyentes de Europa por surtir el arsenal de Hitler y Mussolini.

No fue hasta que consiguió huir de Mandl hacia Estados Unidos cuando conoció al productor de películas Louis B. Mayer, que hizo que se volviera una de las actrices más glamurosas pero con la condición de cambiarse su nombre a Hedy Lamarr.

Fue durante la guerra, que su odio por los nazis hizo que contribuyera con Estados Unidos ya que tenía información de ellos al haber estado con su marido y por sus conocimientos en telecomunicaciones. Y en 1942 escribió la patente de un método de comunicación secreto que buscaba evitar la detección de torpedos enviados por las tropas aliadas. La idea de Hedy era que, si podías hacer que tanto el transmisor como el receptor saltaran simultáneamente de frecuencia a frecuencia, entonces cualquiera que intentara interrumpir la señal no sabría dónde estaba.

Finalmente no se usó en la II Guerra Mundial, pero sí se aplicó al ejército de EE UU en 1962, durante la crisis de los misiles en Cuba.